martes, 22 de diciembre de 2009

Consejos para una vida.

Qué ironía, aún no estás aquí y ya pienso como podría ayudarte en tu nueva vida.

No te puedes imaginar lo difícil que es esto ya que, tan siquiera sé cómo vivir la mía, pero hay ciertas cosas que, creo, te pueden facilitar la tarea, no por evitar que cometas tus propios errores, sino por marcarte ciertos caminos y que tú los recorras a tu manera.

Sé que al principio no es fácil saber qué hacer, pero el primer paso es siempre el más complicado y tú ya lo has dado. Casi sin saberlo has recorrido la parte más difícil de tu trayecto, ahora sólo es cuestión de continuarlo.

Y para ello intenta dar siempre pequeños pasos, pero seguros. Es preferible andar despacio y disfrutar del paseo que llegar a tu destino con la impresión de no haber saboreado cada momento.

Es mejor lamentarse por hacer algo que pensábamos sinceramente que debíamos hacer y equivocarnos, que tener toda la vida el remordimiento de no haberlo hecho.

Antes de juzgar a alguien, ponte en su lugar, pero hazlo de corazón, después piensa si realmente deseas juzgarle.

Siempre ayuda a quien lo necesite, no te preocupes de por qué, sólo hazlo. Al tiempo verás que te estabas ayudando a ti misma.

Vive cada día al máximo, no dejes las cosas que quieres hacer para mañana, nunca se sabe qué puede pasar. No vivas en el pasado, ni sueñes con el futuro, el único tiempo que existe es el presente y dura un instante, así que disfrútalo.

Aún así, ten en cuenta que hay que vivir todas las etapas de la vida, no te saltes ninguna. Es tan importante ser niño como convertirse en adulto. Y muchas veces es realmente importante sentirte un niño aunque seas “mayor”.

Da los buenos días y las gracias a todo el mundo, y si tienes que pedir perdón, hazlo sin sentir ninguna vergüenza. Lo malo no es equivocarse, es no reconocerlo.

Nunca, jamás te sientas más que nadie, pero tampoco menos, todo el mundo tiene el valor que demuestra, hazte valiosa como persona.

Respeta a todo el mundo y no dejes que nadie te falte al respeto.

La gente habitualmente piensa que para ser feliz en la vida tienes que conseguir unas metas, algo que ya te has marcado con anterioridad, que debes de tener algún tipo de éxito.

Yo no lo comparto. Crearte unas metas predefinidas y rígidas conlleva planear tu futuro, y por experiencia propia, planear algo que no podemos controlar suele acabar en frustración. Con esto no quiero decir que no tengas ilusión por algo, o que no luches por las cosas que anhelas, sólo quiero decir que la vida tiene mil cruces de caminos, y no puedes pretender llegar siempre a un destino por la ruta directa, a veces hay que aprender a rodear y adaptarte a las circunstancias. No veas esto como inconveniente, los más bellos paisajes los he conocido cuando me he salido del sendero.

Lucha por lo que realmente quieras, si algo no tiene que ser no será, pero que nunca deje de ocurrir porque tú no diste todo de ti para conseguirlo.

Se feliz y haz que los que te rodean lo sean, la felicidad propia puede consistir en ver la sonrisa de otro. No hace falta que busques una felicidad absoluta, ni que pretendas no llorar jamás, o que las cosas nunca te salgan mal. Aprende a valorar lo que tienes y aprende que esa buscada felicidad absoluta está formada por pequeñas cosas, si eres capaz de sonreír por algo al principio y al final de cada día puedes considerarte afortunada.

Y ama, el amor es el más bonito don que tenemos los seres humanos, es capaz de hacerte reír y llorar, gritar y callar, perder y ganar, ir y venir,…. Pero sobre todo es capaz de hacerte sentir vivo.

Nosotros estaremos aquí a tu lado, no tengas miedo de pedir ayuda si la precisas, nosotros también te necesitaremos y la familia es la forma más sencilla de partir grandes problemas en trozos pequeños y solucionarlos entre todos.

¿Sabes?, gracias.

Sin quererlo ya me has enseñado algo, buscando qué escribirte he aprendido sobre cómo seguir mi propia vida, aquello que al principio de esta carta no sabía cómo hacer, resulta que es más fácil de lo que pensaba, sólo necesitas una mano que te ayude a dar el primer paso…y yo ahora tendré otra pequeña mano más de mi parte, ¿qué más necesito?

Os quiero mis niñas. Charly.

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viernes, 22 de mayo de 2009

Aprendiendo

Toda la vida buscando las cosas que me faltaban y no me paré a dejar que las soluciones me encontraran.

Tanto tiempo esquivando el dolor que no permití que se calmaran mis heridas.

Tantas palabras en mi cabeza, que no entendí su significado hasta mucho después de decirlas.

Pero quise aprender y creo que aprendí algunas pequeñas cosas.

Aprendí que:

Hay personas en el mundo que dan todo por el simple placer de ver un poco mejor a quien no tiene nada.

Que el pasado no puede dañarnos si aprendemos a vivir el presente.

Que un día perfecto comienza con una risa temprana.

Que se puede ver el alma de alguien en una mirada sincera.

Que viajar es más divertido cuando los recuerdos pasan a ser parte de tu vida.

Que los mejores regalos vienen envueltos en abrazos y se hacen diariamente, no en fechas especiales.

Que la confianza no es una moneda, sino un privilegio.

Que las cosas más suaves del mundo se hicieron para ser acariciadas.

Que se puede subir una montaña gracias al aliento de alguien que está a kilómetros.

Que si encuentras a alguien que sea amigo, confidente y amante te ha tocado la lotería.

Que la luz del cine te convierte en la actriz más hermosa de nuestra película.

Que la coca cola siempre con hielo y limón.

Que se puede indultar una palomita.

Que los libros sirven para cortejar.

Que no existen las dudas.

Que la eterna juventud consiste en poner voz de niño pequeño y que su sonrisa te rejuvenezca 30 años.

Que “compromiso” no es obligación, sino las ganas de hacer feliz a alguien mientras puedas.

Que si dos se quieren es mucho más fácil.

Que ya nunca estarás sola.

Para Cris de Charly.

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